El mundo tiene una serie de
eventos que nos regala cada día para llenarnos de ternura, sentimiento que hace
que nuestro espíritu se sienta niño nuevamente, ver a un padre con su hijo
pequeño en brazos, arrullándolo, ver a un abuelo con su nieto en una partida de ajedréz,
una niña regalando un flor a otro niño, ver dos niñas jugando a las "tacitas", un niño jugando con su perro, son momentos de ternura que el ser humano le
regala a los demás humanos, observar ese instante toca nuestras fibras
sensibles más internas y se quedan como una postal en nuestra mente arrullando
nuestra alma y sintiendo que aún somos buenos y que tenemos esperanza pero lo
que más me causa esa sensación es ver a un joven grande independiente pero que
arquea su cuerpo solo para abrazar a su anciana abuela y le presta su brazo
para ayudarla a caminar, eso nos alegra, eso nos redime, ya que las enseñanzas
obtenidas desde pequeño dan fruto, ama a tus ancianos, respétalos y sobre todo
cuídalos se quedaron en la mente de ese hombre y hoy lo vierte, lo entrega, lo ofrece y todos nos quedamos
con esa imagen: “qué lindo como lleva a su abuelita, qué tierno”, nos
enternece, nos enamora.
Entonces si todas esas cosas nos
alimenta pues empecemos nosotros mismos a fabricar esa ternura y regalemos esos
momentos a otros seres humanos, criemos a nuestros hijos con esa capacidad.
Colaboración de Chiqui Torres para
Cocó & Loloté
No hay comentarios:
Publicar un comentario