Hace unos días participe en una conferencia y mientras escuchaba como exponían sus ideas recordé. Tenía 10 o 12 años y en mi casa se estaba preparando todo para una reunión familiar, mi abuela, mis tías y nosotras: mi hermana y yo íbamos a tener un almuerzo, mi madre me pidió que la ayudara haciendo el arroz, tal vez los de mi edad recordarán que en nuestros tiempos no teníamos, ni horno microondas, ni olla arrocera que metes todos los ingredientes, revuelves y aprietas un botón y en poco tiempo se hace la comida, en esos tiempos debías de escoger el arroz, cómo se vienen a mi mente esos días, cuando mi abuela compraba, kilos de kilos de arroz y mientras escogíamos el arroz ella me contaba historias o me daba consejos con sus respectivos ejemplos, pero continuando con la historia, ya había escogido el arroz, ya estaba cortando en cuadraditos la cebolla y ya estaba moliendo el ajo para luego verlos dorar en el aceite caliente, verter el agua y luego el arroz, cuidar que no se queme y empezar la tarea de granear, todo un orgullo aquel arroz, recordando que mi abuela era estricta con la comida.
Llegaron las invitadas y mi madre ya había puesto la mesa y se encargaba de servir los platos, luego del rico almuerzo, mis tías comentaron lo rico, blanco y graneado que estaba el arroz y mi abuelita confirmó las opiniones de mis queridas tías, mi madre aceptaba los cumplidos y decía la marca del arroz y como ella lo preparaba, pero mi hermanita que aún era niña y con aquella edad donde la indiscreción era casi permitida les dijo: "no mami, hoy no fuiste tú la que hizo el arroz, fue mi hermanita", mi madre avergonzada admitió que sí, que era yo la que lo había hecho. Mi abuela le dijo: robándote las avemarias (tus meritos) de tu hija no? Y sus enormes ojos me miraban a través de sus anteojos cuadrados con su enorme sonrisa.
Luego cuando estubimos solas me explicó: "la vida es como una gran tienda, todos somos clientes y siempre debemos ofrecer un servicio y debemos de destacarnos por sobre los demás y por todo ese esfuerzo, nunca debemos dejar que otros se lleven nuestros méritos", EL COACHING de mi abuela era lo máximo, nunca la olvidaré y cada vez que la menciono haré que su recuerdo sobreviva, sin saber ella ya nos estaba dando cátedra de ventas y marketing.
Aquella vez fue mi primer curso de ventas que me dieron y claro que hubieron más.
Aquella vez fue mi primer curso de ventas que me dieron y claro que hubieron más.
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